La tregua en Gaza ha permitido un intercambio de rehenes y presos, mientras las tensiones y la crisis humanitaria continúan marcando el territorio. Cuatro soldados israelíes, cautivos en Gaza durante 15 meses, regresaron a su país en un canje por 200 presos palestinos, incluidos 120 condenados a cadena perpetua. Este acuerdo, aunque frágil, también facilitó la entrada de ayuda humanitaria en una región devastada, donde miles de familias luchan por sobrevivir entre escombros.
El intercambio de rehenes, que incluyó a jóvenes de 19 y 20 años, se llevó a cabo bajo la supervisión de la Cruz Roja. Tras cruzar la frontera, las jóvenes se reunieron con sus familias en escenas cargadas de emoción. En el lado palestino, los presos liberados comenzaron su retorno a Cisjordania y el Néguev, entre ellos, un símbolo para su comunidad: el prisionero con más tiempo consecutivo en detención. Sin embargo, el recuerdo de los secuestros persiste, especialmente en casos como el de Kfir y Ariel Bibas, dos niños de 2 y 5 años, capturados junto a su madre en octubre de 2023, cuya situación aún preocupa al ejército israelí.
El cese al fuego también permitió el ingreso de miles de camiones con suministros a Gaza. En un paisaje de ruinas, familias desplazadas intentan reconstruir sus vidas. “No tenemos dónde ir”, dice Theqra Qasem, mientras camina entre los restos de su hogar. Pero este breve respiro no elimina las tensiones. Israel ha ordenado a la UNRWA, la agencia de la ONU para refugiados palestinos, cesar sus operaciones en Jerusalén antes de enero, una decisión que podría poner en peligro la estabilidad de la tregua.
El conflicto ha dejado un saldo devastador: más de 47.000 muertos en Gaza y miles de familias desplazadas. Del lado israelí, los ataques de Hamás en 2023 provocaron 1.210 víctimas y más de 250 secuestros, muchos de los cuales permanecen sin resolver. Aunque el alto el fuego ha traído momentos de esperanza, las heridas del conflicto siguen abiertas, y la incertidumbre se cierne sobre el futuro. La tregua es solo una pausa en un territorio que sigue sumido en la tragedia.