Los sueños de los chicos no deberían tener precio, pero en Salto algunos enfrentan un costo impensado.
Los gurises sueñan con la pelota, pero en Salto algunos topan con un muro económico. Una denuncia que golpea fuerte.
Una historia que golpea al corazón del fútbol infantil en Salto está dando mucho que hablar. En el centro de la escena, River Fútbol Club Salto y una decisión que levanta polvareda: el club estaría condicionando la salida de varios chicos, menores de edad, al pago de una cifra que equivale a siete pelotas de fútbol. Sí, leíste bien. Para irse del club, los gurises deberían pagar su "libertad".
La polémica surgió cuando trascendió que la directiva del club salteño se niega a liberar el pase de estos jugadores, argumentando que el costo económico de su formación debe ser compensado. El monto exigido: el valor de siete balones. Aunque suene insólito, esta práctica expone un trasfondo más preocupante que toca fibras sensibles en el ámbito deportivo y legal.
Los menores que juegan al fútbol no firman contratos ni tienen obligaciones económicas con los clubes. Esto no es una opinión; es un principio básico de protección de derechos. El deporte infantil, además de ser una pasión, está regulado por normas claras que priorizan el bienestar de los niños y adolescentes. Pero, en este caso, parece que la pelota se fue afuera. Las exigencias económicas, además de carecer de sustento legal, generan una situación de vulnerabilidad para los jóvenes y sus familias.
Desde sectores vinculados al fútbol juvenil, las voces críticas no tardaron en aparecer. Hablan de un modelo de gestión que confunde la formación deportiva con negocios y que, en definitiva, pone en jaque la esencia misma del deporte de base: educar, contener y formar personas, no mercancías.
Este tipo de casos no es nuevo en Uruguay ni en otros países de la región. La monetización de los pases de menores es una problemática recurrente que se debate hace años. Pero cada nueva denuncia trae consigo una pregunta incómoda: ¿estamos protegiendo lo suficiente a nuestros jóvenes deportistas? Porque, al fin y al cabo, el fútbol debería ser una cancha abierta de oportunidades, no una trampa contractual.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
Haz clic aquí para unirteDescarga nuestra app para acceder a Salto al Día en tu móvil:
Descargar App (ZIP)