La violencia latente estalló en un tiroteo que dejó heridos y puso en evidencia la falta de respuestas ante las denuncias.
El ataque armado no fue un hecho aislado. Las amenazas contra una familia venían desde hace tiempo y las denuncias no lograron frenar la violencia.
Balacera en Ituzaingó: tres heridos, entre ellos un niño, en un conflicto que llevaba tiempo gestándose
Las noches en Ituzaingó suelen ser tranquilas, pero la del martes rompió esa rutina con un tiroteo que dejó a tres personas heridas, incluido un niño de cinco años. La escena: una reunión familiar frente a una casa en las calles Alberto Susviela Guarch y Enrique Aguiar. La irrupción: dos hombres en moto abriendo fuego sin previo aviso.
Las balas no discriminaron. Una mujer de 32 años sufrió una herida que le perforó el pulmón, una señora de 70 terminó con una bala en la mano, y el pequeño apenas escapó de la tragedia con un roce en el hombro. Los tres están fuera de peligro, pero el impacto del episodio va mucho más allá de las heridas físicas.
El trasfondo de la balacera
Lo que a primera vista parecía un tiroteo sin motivación aparente tiene raíces más profundas. Lorena, tía del niño herido, asegura que el principal sospechoso la ha acosado y amenazado durante años. “Me viene persiguiendo. Desde 2022 vivo un calvario, mudándome de un lado a otro porque manda a sus cómplices a disparar contra mi casa”, declaró a un medio local.
En sus palabras, el hombre, identificado como uno de los detenidos, ya había intentado atentar contra otro sobrino suyo y hasta contra un vecino. La noche del martes, mientras ella no estaba, el grupo reunido en la puerta de la casa se convirtió en blanco de siete disparos.
Denuncias ignoradas y justicia tardía
Lorena afirma haber presentado al menos ocho denuncias contra este hombre, pero ni la Policía ni la Fiscalía tomaron medidas concretas. “El martes casi matan a mi hermana y a mi sobrino de un año que estaba en brazos cuando dispararon”, agregó, visiblemente indignada.
Lo más insólito llegó tras la balacera. Mientras las víctimas eran atendidas en un centro asistencial, dos hombres heridos de bala aparecieron en el mismo lugar. El padre del niño no dudó en reconocerlos: eran los mismos que habían disparado contra su vivienda minutos antes.
Ambos quedaron detenidos. Uno, de 28 años, es el presunto acosador denunciado por Lorena; el otro, un cómplice de 33. Ambos tienen antecedentes penales.
Una comunidad que pide respuestas
Este caso no solo pone en evidencia el peligro constante que viven algunas familias, sino también las falencias del sistema en responder a situaciones que podrían haberse evitado. Mientras tanto, la vida en Ituzaingó sigue, con vecinos que miran por encima del hombro y preguntan: ¿cuándo llegará la paz?
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