Mientras miles viven con ingresos mínimos, ASSE ajusta al alza los sueldos gerenciales.
La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) confirmó este jueves que mantendrá parte de los aumentos salariales aprobados recientemente para cargos gerenciales, en el marco de la polémica reestructura iniciada semanas atrás. La decisión fue comunicada por el vicepresidente del organismo, Daniel Olesker, luego de que el tema generara fuertes cuestionamientos tanto desde filas gremiales como políticas.
Uno de los puntos más sensibles es el incremento destinado a los adjuntos a gerencias, que originalmente pasaban de cobrar $176.508 a $282.408 nominales por mes, un aumento de más de $105.000. Tras la ola de críticas, ASSE resolvió dar marcha atrás de forma parcial. Ahora, según Olesker, estos cargos pasarán a percibir $202.000 mensuales, es decir, un aumento de $26.000 respecto a su situación anterior.
El propio jerarca reconoció que la medida inicial fue “desproporcionada” y que no se evaluó adecuadamente. “Entendimos que no dimos con la tecla justa”, expresó en diálogo con radio Sarandí. Sin embargo, defendió la necesidad de realizar ajustes al considerar que los salarios previos eran “muy bajos” para el nivel de responsabilidad de esos cargos.
La discusión no es menor si se considera el contexto general del país. Según datos oficiales, más de 600.000 trabajadores ganan menos de $25.000 por mes, y la jubilación mínima ronda los $17.000. Para muchos uruguayos, cubrir los gastos mensuales con esos ingresos es una lucha cotidiana. En contraste, en ASSE, un subgerente general pasará a cobrar más de $357.000 por mes, y el gerente general, tras aumentar su carga horaria de 40 a 48 horas semanales, verá incrementado su salario de $313.790 a $376.547.
La medida fue justificada por Olesker como parte de una estrategia para “profesionalizar la gestión” y acercar el esquema de remuneraciones del sector público al privado. También mencionó que la reestructura implica la eliminación de 133 cargos y que, según el organismo, redundará en un ahorro neto de $125 millones anuales.
Sin embargo, los números no convencen a todos. Desde la oposición, el legislador blanco José Luis Satdjian pidió la comparecencia del directorio de ASSE ante la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social de Diputados. El objetivo: obtener explicaciones claras sobre los criterios utilizados para autorizar aumentos en sueldos políticos en un momento donde se pide austeridad.
En paralelo, sectores sindicales tanto médicos como no médicos expresaron su rechazo. Denuncian que los aumentos no tienen correlato con mejoras en las condiciones de trabajo ni en los servicios que se prestan. También alertan sobre el riesgo de crear estructuras paralelas con cargos políticos bien remunerados, mientras en varios centros de salud hay falta de personal, insumos y mantenimiento.
Desde el punto de vista social, la noticia generó molestia en parte de la población. En redes sociales se multiplicaron los comentarios de usuarios que comparaban los sueldos anunciados con lo que cobra un trabajador promedio, una empleada doméstica o un jubilado que vive solo. Para muchos, los aumentos simbolizan una desconexión entre la cúpula de decisiones y la realidad del ciudadano común.
Pese a los cuestionamientos, el directorio de ASSE ratificó la creación de nuevos cargos como el de subgerente asistencial y subgerente general, funciones que no existían hasta ahora, y que serán remuneradas con sueldos que superan los $250.000.
La situación también generó incomodidad dentro del Frente Amplio, fuerza política que gobierna el organismo. Aunque Olesker reconoció errores, se optó por mantener gran parte del esquema, argumentando que se busca fortalecer la conducción técnica. No obstante, algunos sectores consideran que se trató de un paso en falso y que debería revisarse la lógica con la que se definieron las remuneraciones.
Mientras tanto, la Comisión de Salud Pública se prepara para recibir al directorio de ASSE la próxima semana. Será una instancia clave para que el organismo explique con cifras, fundamentos y documentación oficial por qué se aprobaron aumentos que, aunque fueron corregidos en parte, siguen duplicando o triplicando los ingresos de gran parte de la población uruguaya.
La reestructura, conocida tras la difusión de documentos en un medio radial, marca un nuevo capítulo en la discusión sobre los límites del gasto público. Para muchos uruguayos que hacen changas, cobran planes sociales o viven de jubilaciones mínimas, los sueldos de seis cifras siguen siendo, más que un incentivo a la gestión, un símbolo de desigualdad.