El proyecto inicial fue descartado y se plantea una nueva obra sobre el río Santa Lucía.
El gobierno nacional tomó la decisión de no avanzar con la planta potabilizadora que estaba prevista en la zona de Arazatí, en el departamento de San José, a unos 100 kilómetros de Montevideo. La resolución fue comunicada directamente al consorcio que estaba a cargo de llevar adelante esa obra.
Este proyecto había sido promovido en el período anterior como una alternativa para captar agua del Río de la Plata, con el objetivo de brindar una fuente estable de abastecimiento a Montevideo y su área metropolitana. Sin embargo, desde distintos sectores sociales y técnicos se habían planteado reparos sobre su viabilidad ambiental y económica.
El gobierno anterior firmó el Proyecto Neptuno para captar agua del Río de la Plata.
Con el nuevo gobierno, se propuso dejar atrás ese enfoque y buscar soluciones diferentes. Entre las opciones planteadas, se destaca la construcción de una planta en Aguas Corrientes, localidad de Canelones que ya cuenta con una instalación histórica que abastece a la capital desde fines del siglo XIX.
Aguas Corrientes, donde estáá la planta de agua potable que abastece el área metropolitana uruguaya desde fines del siglo XIX (OSE)
El nuevo diseño contempla una toma de agua sobre el río Santa Lucía Chico y una planta capaz de tratar alrededor de 200.000 metros cúbicos por día. Desde allí, el agua sería transportada mediante una red aductora hasta Cuchilla Pereira, que es uno de los puntos claves del sistema actual de distribución.
Además de este proyecto, también se estudia una represa sobre el arroyo Solís Chico, para responder a las necesidades de la Costa de Oro, zona que ha crecido en población en los últimos años. Allí se piensa instalar una planta de menor escala.
Orsi dio marcha atrás a una decisión clave del gobierno de Lacalle Pou (Camilo dos Santos/Presidencia Uruguay)
Otra iniciativa que se encuentra en análisis es la represa en Casupá, en el departamento de Florida. Aunque no fue incluida en la primera propuesta al consorcio privado, sigue en carpeta como parte del plan de fortalecimiento hídrico para el futuro.
Estas medidas buscan evitar que se repitan situaciones como las de 2023, cuando la sequía llevó a que el agua que salía de las canillas tuviera sabor salado, afectando a miles de familias del área metropolitana.