BRUSELAS, BÉLGICA – La Unión Europea y diversas naciones árabes han manifestado este martes su disposición a colaborar con la nueva propuesta de paz para Gaza, aunque han subrayado de manera contundente que cualquier acuerdo debe fundamentarse en la solución de dos estados como único camino viable para alcanzar una paz sostenible en Oriente Medio. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lideró la postura del bloque comunitario, afirmando que, si bien están dispuestos a contribuir, el principio de dos estados soberanos sigue siendo una línea roja para la diplomacia europea y sus socios en la región.
En una declaración desde Bruselas, Von der Leyen detalló que la UE «está dispuesta a contribuir» activamente en la implementación de una hoja de ruta que ponga fin al conflicto. Sin embargo, matizó que este respaldo está intrínsecamente ligado al respeto de los consensos internacionales. La única vía para una paz justa y duradera es aquella que garantice la seguridad de Israel y un Estado palestino viable, soberano e independiente», enfatizó la alta funcionaria. Este posicionamiento refleja la política exterior consolidada del bloque, que históricamente ha defendido esta fórmula como el pilar para la estabilidad regional.
El apoyo europeo no se limitaría al ámbito diplomático. Según fuentes de la Comisión, la contribución podría incluir un importante paquete de ayuda económica para la reconstrucción de Gaza, así como asistencia técnica para la consolidación de las instituciones palestinas y el despliegue de misiones de observación para garantizar el cumplimiento de los acuerdos. No obstante, todo este andamiaje de apoyo se activaría únicamente si el plan de paz final incorpora explícitamente los parámetros de la solución de dos Estados.
La Postura de la Unión Europea ante el Nuevo Plan
La reacción de la Unión Europea, coordinada entre sus 27 Estados miembros, busca enviar un mensaje unificado y claro. Más allá de las palabras de Von der Leyen, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad ha mantenido contactos con sus homólogos en la región para alinear posiciones. El objetivo es evitar divisiones internas y presentar un frente común que pueda influir de manera decisiva en las negociaciones. La UE teme que un plan que ignore las aspiraciones palestinas a un Estado propio pueda generar mayor inestabilidad y socavar décadas de esfuerzos diplomáticos.
Los diplomáticos europeos insisten en que cualquier propuesta debe abordar los temas centrales del conflicto, conocidos como las «cuestiones del estatuto final». Esto incluye las fronteras, la seguridad, el estatus de Jerusalén y la situación de los refugiados palestinos. Un enfoque que solo se centre en aspectos económicos o de seguridad, sin un horizonte político claro para los palestinos, es considerado por Bruselas como una fórmula destinada al fracaso a largo plazo.
Reacciones en el Mundo Árabe y la Cuestión Palestina
De forma paralela, las principales capitales árabes han reaccionado con una mezcla de cautela y firmeza, en sintonía con la postura europea. Países clave como Arabia Saudita, Egipto y Jordania, actores históricos en la mediación del conflicto, han reiterado su adhesión a la Iniciativa de Paz Árabe de 2002. Dicha iniciativa ofrece a Israel la normalización de relaciones con el mundo árabe a cambio de la retirada de los territorios ocupados en 1967 y el establecimiento de un Estado palestino con Jerusalén Este como su capital.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita declaró que el reino «apoya todos los esfuerzos serios para alcanzar una paz justa y completa», pero recordó que esta paz debe basarse en «la legitimidad internacional y la Iniciativa de Paz Árabe». Por su parte, Egipto, que comparte frontera con Gaza y desempeña un papel crucial en la mediación, ha insistido en la necesidad de un enfoque integral que no deje de lado los derechos legítimos del pueblo palestino. La Autoridad Nacional Palestina, por su parte, ha manifestado que no aceptará ningún plan que no contemple un Estado soberano en las fronteras previas a 1967.
¿Qué Implica la Solución de Dos Estados?
La insistencia tanto de la UE como de los países árabes en la solución de dos estados se basa en un marco conceptual ampliamente aceptado por la comunidad internacional durante décadas. Aunque los detalles han sido objeto de negociación, sus principios fundamentales son claros y se basan en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Los componentes clave de esta solución incluyen:
- Un Estado Palestino Independiente: La creación de un Estado soberano y viable para el pueblo palestino, que coexista en paz y seguridad junto a Israel.
- Fronteras Basadas en 1967: Las fronteras entre ambos estados se trazarían sobre la base de las líneas de armisticio previas a la Guerra de los Seis Días de 1967, con posibles intercambios de territorio mutuamente acordados.
- Jerusalén como Capital Compartida: La mayoría de las propuestas contemplan una fórmula en la que Jerusalén Oeste sería la capital de Israel y Jerusalén Este la capital del futuro Estado de Palestina.
- Solución para los Refugiados: Un acuerdo justo, equitativo y realista para la cuestión de los refugiados palestinos, basado en la Resolución 194 de la Asamblea General de la ONU.
Este marco es considerado por sus defensores como la única alternativa que respeta el derecho a la autodeterminación de ambos pueblos y ofrece una garantía de seguridad a largo plazo para Israel. Cualquier desviación de estos principios, advierten, podría perpetuar el ciclo de violencia.
Contexto y Desafíos para una Paz Duradera
La nueva propuesta de paz llega en un momento de alta complejidad geopolítica. Iniciativas anteriores, como el plan presentado por la administración Trump, generaron un fuerte rechazo por parte de los palestinos y de gran parte de la comunidad internacional al ser percibidas como un abandono del consenso sobre los dos estados. El desafío para los mediadores actuales es presentar un plan que sea visto como equilibrado y que pueda generar la confianza necesaria para que ambas partes vuelvan a la mesa de negociaciones.
Los obstáculos siguen siendo formidables. La expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania, considerados ilegales por el derecho internacional, complica la viabilidad territorial de un futuro Estado palestino. Asimismo, la división política interna entre Fatah, que gobierna en Cisjordania, y Hamás, que controla la Franja de Gaza, representa un desafío adicional para una representación palestina unificada.
La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos. La convergencia de posturas entre la Unión Europea y los principales países árabes crea un bloque diplomático significativo que podría ejercer una presión considerable para que cualquier hoja de ruta se alinee con los principios del derecho internacional. La viabilidad del nuevo plan de paz para Gaza dependerá, en gran medida, de su capacidad para integrar la demanda de una solución de dos estados como su pilar central.
En resumen, mientras se abre una nueva ventana de oportunidad para la paz, las potencias europeas y árabes han dejado claro que su apoyo no será un cheque en blanco. La paz, para ser duradera, debe ser justa, y para la mayor parte del mundo, la justicia en este conflicto pasa ineludiblemente por la materialización de dos estados viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad.