El caso de Lucas Pedrozo reabre el debate sobre protocolos policiales ante crisis mentales.
La muerte de Lucas Pedrozo durante un operativo policial en Durazno genera conmoción y denuncias. ONG y familiares reclaman justicia y protocolos para crisis de salud mental.
Lucas Pedrozo tenía 24 años, vivía en Durazno y padecía trastornos mentales. Su familia, acostumbrada a lidiar con crisis severas, solía pedir apoyo a la Policía cuando el joven se descontrolaba. En esas ocasiones, los efectivos lo trasladaban al hospital local, donde recibía medicación y podía quedar internado durante días o incluso semanas.
Pero la noche del 12 de mayo, esa dinámica habitual cambió para siempre.
La madre de Lucas relató que, como en otras ocasiones, llamó a la Policía para pedir ayuda. El joven se había alterado y se desplazaba por los techos de las casas vecinas, casi todas pertenecientes a familiares.
Sin embargo, lo que ocurrió después dejó a toda la familia en shock. "Lo sacaron boca abajo, esposado y ensangrentado. Yo me quería morir", dijo la madre a Durazno TV. Recordó además que escuchó disparos apenas los efectivos ingresados. “Ya entraron cargando y tiraron como cuatro tiros a la carrera”, sumó un familiar.
Otros testimonios aseguran que, una vez reducida, Lucas recibió nuevos disparos. “Cuando ya estaba esposado y en el suelo, lo pararon y le dieron un tiro de cada lado”, denunció un tío.
Melissa, su hermana y enfermera, llegó al lugar mientras lo trasladaban. Asegura que nadie contuvo la hemorragia y que Lucas llegó en shock al hospital. Murió poco después.
Pero los disparos no fueron las únicas lesiones. Según explicó Melissa, una médica forense que lo examinó detectó fracturas de costillas, rotura de esófago, pérdida de dientes y otras heridas “compatibles con golpes de culata o algún objeto contundente”, aunque no se usó hacha en la escena.
La familia también desmiente la versión de que Lucas estuviera armado. Aseguran que lo que tenía en las manos era un cepillo de dientes, que fue entregado en investigaciones. También niegan que la casa estuviera a oscuras: “todas las luces estaban encendidas”, dijeron.
Tras recibir el cuerpo, la familia radicó una denuncia penal. El caso está siendo investigado por la Fiscalía y está en curso un sumario administrativo policial.
Desde la sociedad civil, la ONG Federación Caminantes, que trabaja con personas con problemas de salud mental, emitió un comunicado repudiando lo sucedido: “Nunca esperamos vivir esta espantosa situación: el maltrato y asesinato de una persona en estado alterado, indefenso, de manos de un agente del orden”.
El texto reclama al Ministerio del Interior que capacita al personal policial en los protocolos ya existentes para abordar situaciones de crisis mental, y advierte que hechos como este no pueden repetirse.
Por su parte, el sujeto de la Policía de Durazno, Alexis Duarte, señaló que el caso está en manos de la Justicia y que se actuará conforme a lo que determina la investigación.
Finalmente, el odontólogo Agustín Cataldo, coordinador del Programa de Salud Bucal del MSP, expresó en redes sociales que el hecho evidencia “fallas colectivas” en el abordaje institucional de estos casos.
