Marjorie Taylor Greene celebró en X la muerte del papa Francisco, desatando críticas globales a su mensaje y su supuesta fe cristiana.
Tras la muerte del papa Francisco, la congresista Marjorie Taylor Greene celebró en redes sociales, generando repudio global y fuertes cuestionamientos a su discurso cristiano.
Un nuevo escándalo sacude la escena política internacional tras la muerte del papa Francisco. La congresista estadounidense Marjorie Taylor Greene, reconocida aliada del expresidente Donald Trump, desató una ola de indignación mundial al celebrar el fallecimiento del pontífice en la red social X (antes Twitter).
"Hoy se han producido grandes cambios en el liderazgo mundial", escribió Greene ante sus más de 1,5 millones de seguidores. Pocos minutos después, sumó una frase aún más controversial: "El mal ha sido derrotado por la mano de Dios", refiriéndose a la muerte de Francisco.
El posteo, realizado a pocas horas de conocerse el deceso del pontífice argentino, se volvió viral de inmediato, generando más de 11.000 respuestas, en su mayoría críticas. Muchos usuarios, incluidos varios identificados como republicanos, repudiaron el mensaje. “Sos una vergüenza para Estados Unidos”, escribió uno. Otro preguntó: “¿Qué clase de cristiano celebra la muerte de alguien y habla de la voluntad de Dios?”.
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Resulta especialmente llamativo el contraste entre este mensaje y el que Greene había publicado apenas un día antes, durante la Pascua, donde compartía una imagen sagrada de Jesús con el mensaje: “Jesús ha resucitado y todos estamos perdonados”.
La diputada, vinculada al movimiento conspirativo QAnon y conocida por sus posturas extremas, no es ajena a las polémicas. Años atrás, Twitter suspendió su cuenta por desinformar sobre la pandemia de COVID-19. También ha respaldado las teorías de fraude electoral tras la victoria de Joe Biden en 2020.
El comentario tras la muerte de Francisco, un líder religioso que trabajó incansablemente por el diálogo interreligioso, la justicia social y la paz mundial, pone una vez más en el centro del debate el uso irresponsable de las redes sociales por parte de figuras políticas.
La comunidad internacional, incluidos muchos de sus propios correligionarios políticos, no tardó en señalar el profundo contraste entre los valores cristianos que Greene proclama y el odio que destilan sus palabras.