El informe 2025 de la ONU muestra cómo el narcotráfico se adapta y crece globalmente.
Un informe reciente de Naciones Unidas reveló que el narcotráfico sigue en expansión y el consumo de drogas en el mundo alcanzó cifras históricas. El documento, publicado el 26 de junio de 2025, apunta directamente a los cárteles y grupos criminales que se han fortalecido durante las distintas crisis globales, aprovechando el desconcierto para reforzar sus redes.
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), los datos no dejan lugar a dudas: el consumo de sustancias como la metanfetamina, la cocaína y los opioides ha crecido de forma alarmante. El panorama es especialmente preocupante en América Latina, Europa y partes de Asia y África.
Ghada Waly, directora ejecutiva de la UNODC, fue clara al señalar que los grupos criminales “siguen adaptándose” y apuntan a “las poblaciones más vulnerables”. Según la funcionaria, es necesario invertir más en prevención y atacar las causas profundas que permiten que estas redes prosperen, desde el productor hasta el consumidor final.
Drogas sintéticas: más baratas, más peligrosas
El documento señala que el mercado de drogas sintéticas, en particular las de tipo anfetamínico, está creciendo a gran velocidad. La metanfetamina y la anfetamina, junto con el “captagón”, ganan terreno en varios países, especialmente por sus bajos costos y la facilidad con la que se esconden en las rutas de tráfico.
México aparece como el principal productor en América del Norte, junto a Myanmar y Afganistán en Asia. También se detectaron focos relevantes en Europa, como en Chequia y Países Bajos.
Solo en 2023, las incautaciones de estas sustancias alcanzaron niveles récord, representando casi la mitad de todas las confiscaciones de drogas sintéticas en el mundo.
.png)
Cocaína: cifras sin precedentes
La cocaína también registró picos históricos. En 2023 se produjeron más de 3.700 toneladas, lo que representa un aumento del 34 % con respecto al año anterior. Las incautaciones globales sumaron 2.275 toneladas, y el número de consumidores pasó de 17 millones en 2013 a 25 millones en la actualidad.
La preocupación no es solo por el volumen, sino también por el desplazamiento de las rutas: los traficantes buscan nuevos mercados en Asia y África, mientras que la violencia asociada al tráfico —que históricamente golpeaba más a América Latina— ahora también afecta a Europa Occidental.
.png)
Impacto humano y ambiental
La UNODC también remarcó los efectos devastadores del consumo de drogas en la salud pública: en 2021 se registraron cerca de medio millón de muertes y más de 28 millones de años de vida saludable perdidos por discapacidad o muerte prematura. A pesar de esto, apenas una de cada 12 personas con trastornos por consumo accedió a tratamiento en 2023.
El informe también aborda el impacto ambiental de la producción y tráfico de drogas, algo poco visibilizado. La deforestación, la contaminación de ríos y suelos, y el uso indiscriminado de productos químicos son algunas de las consecuencias. En Europa, la cantidad de laboratorios clandestinos desmantelados va en aumento.
.png)
¿Qué pasa con Uruguay?
Si bien el informe no menciona a Uruguay como un punto clave en la producción, sí lo ubica dentro de la ruta regional de consumo y tránsito. La cercanía con países con presencia de cárteles, sumado a las rutas portuarias, hace que el país esté siempre en el radar.
El informe 2025 funciona como un llamado de atención global. La droga ya no es solo un problema de ciertas zonas: es un fenómeno que cruza continentes, clases sociales y edades. Y mientras tanto, los narcos se reinventan, cada vez más rápido.