La decepción de un gigante: Brasil cae bajo la sombra de las dictaduras

Brasil redefine su política exterior bajo Lula, apoyando regímenes autoritarios y alejándose de su tradición democrática.

Brasil redefine su política exterior y profundiza vínculos con regímenes autoritarios

Bajo la presidencia de Lula, Brasil cambia su política exterior y consolida alianzas con regímenes autoritarios, desafiando su propia Constitución y rol regional.

Presidente Lula en visita diplomática

Brasil refuerza sus vínculos con gobiernos cuestionados por violaciones a los derechos humanos.

Brasil, la octava economía más grande del mundo y uno de los principales actores regionales de América Latina, atraviesa un giro significativo en su política exterior desde el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia el 1° de enero de 2023. En una serie de acciones diplomáticas que han despertado preocupación en sectores internacionales, el país ha estrechado lazos con gobiernos autoritarios como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia y China.

¿Qué dice la Constitución brasileña sobre relaciones exteriores?

El artículo 4° de la Constitución Federal de Brasil establece los principios que deben guiar su política internacional. Entre ellos se destacan: la defensa de los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, el repudio al terrorismo y la promoción de la paz.

Durante años, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, conocido como Itamaratí, fue una institución reconocida por su profesionalismo y defensa de los intereses nacionales con base en esos principios constitucionales. Sin embargo, especialistas y observadores han advertido que esta tradición diplomática se ha debilitado desde el primer mandato de Lula (2003–2010), intensificándose tras su regreso en 2023.

Relaciones con regímenes autoritarios: una tendencia consolidada

Desde su nuevo mandato, Lula ha restablecido relaciones plenas con los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua. En mayo de 2023, recibió en Brasilia a Nicolás Maduro en el marco de la cumbre de presidentes sudamericanos, otorgándole legitimidad regional. En julio del mismo año, promovió la Cumbre UE-Celac, en la que se evitó condenar a estos regímenes.

Asimismo, en abril de 2024, viajó a Bolivia para expresar su respaldo al gobierno de Luis Arce, en medio de denuncias sobre persecución política y represión.

Vínculos con Irán, Rusia y China: una estrategia geopolítica controvertida

Brasil también ha profundizado sus relaciones con Irán, evitando condenas a sus acciones internacionales. En la cumbre del G7 en Canadá, Lula fue el único mandatario que no criticó el ataque iraní a Israel. En el plano regional, utilizó la Organización de Estados Americanos (OEA) para evitar sanciones a Nicaragua, cuya deriva autoritaria es ampliamente documentada por organismos como la CIDH.

En el caso de Rusia, Lula ha sido ambiguo respecto a la invasión de Ucrania. En lugar de condenar los ataques a civiles, ha participado en conmemoraciones oficiales del gobierno ruso. Esta postura ha sido cuestionada por organizaciones internacionales y gobiernos europeos.

Con China, la alianza se ha reforzado notablemente. En 2023 y 2024, Lula realizó cuatro visitas de Estado, firmó más de 20 convenios y selló acuerdos que, según fuentes oficiales, podrían comprometer áreas clave del país por los próximos 50 años.

Impacto regional y cuestionamientos internos

El cambio de orientación en la política exterior ha generado un debate en la sociedad brasileña. Sectores académicos, diplomáticos retirados y líderes opositores han advertido que Brasil podría estar vulnerando principios constitucionales fundamentales, como la defensa de los derechos humanos y la promoción de la paz.

También ha generado fricciones con países occidentales y organismos multilaterales, que ven con preocupación el papel de Brasil en foros internacionales, especialmente en el grupo BRICS, donde ha promovido el respaldo a Irán y Rusia, así como críticas a Estados Unidos.

Conclusión: ¿un Brasil cada vez más alejado de las democracias?

Brasil es una potencia regional con peso económico, político y diplomático. Sin embargo, las decisiones recientes de su gobierno en materia internacional están alejándolo de las democracias consolidadas y acercándolo a alianzas con regímenes autoritarios, debilitando su rol como garante de la estabilidad y los derechos humanos en América Latina.

Por: Carlos Sánchez Berzaín, abogado y politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy.

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