La nueva línea de transmisión de UTE fortalece el sistema eléctrico y abre oportunidades de exportación de energía a Brasil.
El cierre del anillo de transmisión norte es más que una obra de infraestructura: es una jugada estratégica para exportar más energía a Brasil.
A mitad de diciembre, Salto fue testigo del inicio de un proyecto que promete redefinir el panorama energético de Uruguay: la línea de transmisión de 500 kilovoltios (kV) que cierra el anillo del norte del país. Pero esto no es solo un logro técnico, es una movida estratégica que nos posiciona mejor para jugar en las grandes ligas del mercado eléctrico regional.
¿Por qué es importante esta nueva línea de UTE?
El trazado conecta Melo, Chamberlain y Salto Grande, fortaleciendo un sistema eléctrico que, hasta ahora, mostraba algunas debilidades. ¿El objetivo principal? Robustecer la transmisión de energía en el norte y abrir la puerta a mayores exportaciones hacia Brasil, un mercado que siempre está hambriento de electricidad confiable.
Este cierre del anillo no es solo un tema de infraestructura, es seguridad energética. En palabras simples: menos riesgo de apagones y más capacidad para gestionar la energía generada, especialmente de fuentes renovables.
Más allá de la frontera: el rol de Brasil
La clave está en la interconexión. Con esta línea, Uruguay mejora su capacidad de exportación de energía hacia Brasil, lo que no solo significa ingresos adicionales para el país, sino también un paso importante en la consolidación de Uruguay como un actor relevante en el mercado eléctrico regional.
Para quienes trabajan en energía, esto es más que un nuevo cable tendido. Es una declaración de intenciones: Uruguay no solo produce energía limpia, también tiene cómo llevarla a otros mercados de manera eficiente.
Una obra que no se hizo de un día para otro
Detrás de esta línea de 500 kV hay kilómetros y kilómetros de cable, más de mil torres y una inversión de aproximadamente 190 millones de dólares. La obra comenzó hace años y cada tramo fue un desafío en sí mismo. Ahora, con la inauguración de la ampliación de la subestación Salto Grande, el proyecto entra en su recta final.
La subestación, que tuvo una inversión de 15 millones de dólares, es clave para que esta línea de extra alta tensión pueda funcionar a pleno rendimiento. Y, según las proyecciones, todo estará operativo en los primeros meses de 2025.
Energía limpia y futuro verde
Uruguay ya es un referente en energías renovables, pero el cierre de este anillo de transmisión es el paso que faltaba para potenciar proyectos futuros, como el hidrógeno verde, y seguir apostando a un sistema energético sostenible y exportable.
Con un panorama energético global en plena transformación, esta línea no es solo un avance técnico. Es un mensaje claro: Uruguay está listo para ser un proveedor confiable de energía en la región y para seguir liderando la transición hacia un futuro más verde.
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