Los cambios en el subsidio de supergás generan incertidumbre mientras usuarios y distribuidores lidian con la implementación de una app. Foto: Gastón Britos/FocoUy
Una app obligatoria cambia las reglas del subsidio de garrafas. Usuarios y distribuidores enfrentan fallas, dudas y una implementación que genera más preguntas que respuestas.
Todo empezó con una sensación de incertidumbre que nadie quería admitir del todo. El anuncio de que el subsidio de recarga de garrafas de supergás cambiaría su modalidad cayó como un baldazo de agua fría entre los beneficiarios y distribuidores. ¿La razón? El uso obligatorio de "TuApp", una aplicación móvil que promete modernizar el sistema, pero que deja muchas preguntas sin responder.
Las garrafas subsidiadas, históricamente un salvavidas en los hogares, ahora exigen que los usuarios se registren en la app para obtener un código único y, con suerte, acceder al beneficio. ¿El objetivo? Evitar abusos y asegurar transparencia. Sin embargo, los distribuidores no están tan seguros de que sea tan simple. Natalia Etchecopar, que trabaja con supergás hace años, confiesa que la app tiene "más fallas que certezas". Walter Rama, otro referente del sector, usa palabras más duras: "Esto es una improvisación que va a traer dolores de cabeza".
En papel, la idea suena bien: limitar el beneficio a dos recargas mensuales con 50% de descuento, hasta un máximo de 12 al año. Pero, en la práctica, el sistema depende de que todos los involucrados –usuarios y distribuidores– tengan un nivel de acceso y conocimiento tecnológico que, a veces, parece lejano. Y eso sin contar los problemas de conexión que ya se están anticipando.
Mientras tanto, los beneficiarios miran con desconfianza la inminente fecha de inicio, el 1° de febrero. En un rincón, una mujer mayor comenta que su celular apenas le sirve para recibir llamadas. En otro, un distribuidor se pregunta qué va a pasar si la app falla en medio de una venta. Las respuestas son pocas, las dudas son muchas.
El Mides, por su parte, defiende la implementación como una solución moderna y eficiente, con la promesa de un sistema más equitativo. Los días jueves y viernes, las jornadas clave para las recargas, serán el test más duro para esta herramienta que, por ahora, divide opiniones. A pesar de todo, hay algo que todos tienen en común: la esperanza de que, al final, el sistema funcione.
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