Polémica en Uruguay: Castillo, comunismo y una batalla política que trasciende fronteras

Castillo valida elecciones en Venezuela y desata polémica en Uruguay. Reacciones expuestas en un cruce ideológico candente.

Declaraciones que provocan intensos debates políticos y cuestionan las ideologías en el panorama regional. Foto: Dante Fernandez / FocoUy

Las declaraciones de Castillo abrieron un intenso debate político e ideológico en Uruguay, cuestionando posturas sobre Venezuela y democracia.


El martes, Juan Castillo, futuro ministro de Trabajo, ascendió la mecha de un debate explosivo. Durante una declaración, validó las elecciones venezolanas y lanzó un dardo directo al líder opositor Edmundo González Urrutia, a quien calificó como alguien que "se autoproclamó" presidente, sin mostrar pruebas ni actas que respalden su posición. "Los venezolanos eligieron a este Gobierno y se está integrando", afirmó Castillo, para luego rematar con una pregunta que resonó fuerte: "¿Quién es Urrutia?".

Las palabras del ministro designado no cayeron en saco roto. La senadora Graciela Bianchi no tardó en reaccionar, calificándolas de “muy peligrosas, absolutamente rechazables e indignantes”. En un tono contundente, Bianchi fue más allá y sugirió que el presidente electo, Yamandú Orsi, debería apartar a Castillo antes de que asuma. "Es una posición absolutamente extrema", sentenció la senadora, acusándolo de querer “humillar” a Urrutia y burlarse de la oposición venezolana. Y no paró allí: “Esto demuestra lo que realmente piensan los comunistas. Son antidemocráticos y nunca abandonaron su idea de la dictadura del proletariado”.

El cruce ideológico continuó en las redes sociales. Sebastián Da Silva, senador electo por el Partido Nacional, apuntó directamente a Castillo y su vínculo con figuras del oficialismo venezolano. “Castillo y los tupas pueden decir lo que quieren sobre Maduro, pero el futuro canciller no tiene el mismo margen. Habrá que controlarlo y cuestionarlo si es necesario. Los uruguayos pueden estar tranquilos: cuidaremos la decencia nacional”, escribió en X, plataforma que sigue siendo escenario de los debates más encendidos.

Pero la polémica no se detuvo ahí. Desde el Partido Independiente, Gerardo Sotelo cargó con dureza contra lo que llamaba “la perversión moral” de la ideología comunista. “El cinismo, el desprecio por los derechos humanos, la indiferencia ante el sufrimiento de las víctimas... El comunismo no es solo una ideología criminal, es un asco”, disparó Sotelo, sin dejar margen para interpretaciones.

Este intercambio de declaraciones refleja una grieta política e ideológica que atraviesa no solo a Uruguay, sino a la región entera. En el horizonte inmediato, queda la duda de cómo responderá Castillo a estas críticas y si el presidente electo Orsi se verá obligado a intervenir. Mientras tanto, el tablero político sigue en llamas.


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