La transición de gobierno incluye la gestión de juicios internacionales clave para Uruguay. Imagen Focouy
En la transición de gobierno, Jorge Díaz recibió detalles de los cinco juicios internacionales en curso, incluyendo Aratirí y Pluna.
El lunes fue una jornada marcada por los detalles técnicos y el traspaso de responsabilidades. Jorge Díaz, futuro prosecretario de Presidencia, se reunió con Rodrigo Ferrés, actual secretario presidencial, en el marco de la transición hacia el nuevo gobierno que asumirá el 1º de marzo. Pero esta no fue una reunión más: los juicios internacionales en los que Uruguay está involucrado ocuparon buena parte del encuentro.
Con papeles en mano y un tono meticuloso, las nuevas autoridades recibieron un memorándum donde se detallan los litigios que el país enfrenta en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial. Nada nuevo para quienes siguen la actualidad política, pero con implicancias que exigen atención.
“Ya habíamos recibido información verbal en reuniones anteriores, pero hoy se nos entregó un informe detallado de cada juicio, con el estado de situación y los estudios norteamericanos que intervienen”, explicó Díaz. Según el documento, Uruguay tiene cinco frentes legales abiertos. Dos de ellos están vinculados a la minera Aratirí y se encuentran en diferentes etapas. Otro caso, el de Pluna, ya está resuelto tras un acuerdo que se liquidará este febrero. Sobre los otros dos juicios, Díaz prefirió no dar demasiados detalles.
El relato pintaba un panorama técnico pero no alarmante. “Están en distintas etapas: algunos recién empiezan, otros están avanzados. Por ejemplo, uno de los juicios de Aratirí está en casación”, comentó. Lo cierto es que, con experiencia acumulada desde el recordado caso con las tabacaleras, Uruguay ha establecido lo que Díaz llamó una verdadera política de Estado para enfrentar litigios internacionales.
Una de las decisiones clave, destacó Díaz, es que la coordinación de estos procesos quede bajo la órbita de Presidencia y no Cancillería, como solía hacerse antes. Además, se contratan estudios extranjeros especializados para asegurar un manejo técnico de los casos. “No hay sorpresas”, subrayó con serenidad, dejando entrever que las piezas están en su lugar.
Este es el tipo de temas que pocas veces hacen ruido en el día a día de la gente, pero que tienen un impacto profundo en el manejo de los recursos y la imagen del país en el exterior. El traspaso de mando no es solo político; también es técnico, estratégico y, sobre todo, preciso.
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