
Las autoridades autónomas kurdas en el noreste de Siria han expresado este miércoles preocupación por la situación de la comunidad drusa en los alrededores de la capital, Damasco, y han instado a las partes a la calma en medio de incidentes entre milicianos de esta minoría siria y combatientes progubernamentales.
El brazo político de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el Consejo Democrático Sirio, ha instado en un comunicado a las autoridades de transición a mantener la seguridad y «eliminar las fuentes tanto de incitación sectaria como de discursos del odio».
Asimismo, ha precisado que «el uso excesivo de la fuerza empujará a Siria al borde del colapso» y «abrirá la puerta a la intervención extranjera», especialmente de aquellos países que «tratan de dominar a Siria y despojarla de su unidad y soberanía», en alusión a Israel.
De igual forma, han resaltado que «es imperativo» acelerar la celebración de una conferencia nacional que cuente con la participación de todos los sectores de la sociedad siria y redactar una Constitución «moderna y democrática».
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha elevado este miércoles por la tarde a 22 el balance provisional de fallecidos en los enfrentamientos desatados entre milicias drusas y combatientes progubernamentales en los alrededores de Damasco, unos combates que estallaron tras la publicación en redes sociales de un mensaje considerado insultante hacia el profeta Mahoma, atribuido a un clérigo druso, lo que derivó en una campaña de «incitación sectaria».
Las fuerzas militares de Israel –que previamente habían advertido de que estaban preparadas para defender a la comunidad drusa– han llevado a cabo este miércoles un ataque contra objetivos de un grupo extremista en Sahnaya, ubicada a tres kilómetros al sureste de Damasco, que pretendía atentar contra esta minoría.
Sahnaya, donde hay numerosos mausoleos drusos e iglesias, está cerca del barrio de mayoría cristiana de la capital siria. Parte de esta minoría vive en los Altos del Golán, un territorio que Israel arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kipur (1973) y que se anexionó de forma efectiva en 1981, un movimiento no reconocido por parte de la comunidad internacional.