Bettiana Díaz advirtió que la expansión del sistema penitenciario podría repetir errores del pasado. Foto: Diego. Lafalche / FocoUy
La legisladora del Frente Amplio sostuvo que el hacinamiento carcelario es resultado de políticas ineficaces, y criticó la ampliación del penal de Libertad como un retroceso.
La senadora frenteamplista Bettiana Díaz sostuvo que el sistema penitenciario uruguayo se encuentra en un punto crítico, y cuestionó con dureza la ampliación de plazas carcelarias en el penal de Libertad. Según señaló, lejos de resolver el hacinamiento, la estrategia oficial reproduce los errores del pasado y se encamina a construir un “nuevo Comcar”.
En declaraciones, Díaz expresó que la cárcel de Santiago Vázquez —conocida como Comcar— representa lo peor del sistema actual. “Es la prueba del fracaso total de las políticas penitenciarias y pospenitenciarias”, afirmó, y agregó que el modelo de megaestablecimientos ha demostrado no ser efectivo.
La legisladora manifestó su preocupación por la construcción de 1.500 nuevas plazas en Libertad, en una obra que comenzó formalmente en noviembre del año pasado. Para Díaz, sumar más celdas en un establecimiento que ya aloja a más de 1.300 personas refuerza una lógica equivocada: “Estamos generando otro Comcar, justo lo que no hay que hacer”, alertó.
Las críticas no se limitaron a la infraestructura. Díaz apuntó también contra las condiciones de vida dentro de los módulos más problemáticos. En particular, denunció la situación del Módulo 11, al que calificó como “un infierno”. Según explicó, se trata de un espacio de regresión, reservado para quienes tienen dificultades de conducta. “No hay patio, no hay progresividad, y la tensión es permanente”, indicó.
La senadora recordó que la Constitución establece como objetivo central de las cárceles la rehabilitación de las personas privadas de libertad. “Ese mandato no se puede cumplir cuando la gente se pudre en vida”, subrayó.
Consultada sobre las causas del deterioro carcelario, Díaz reconoció que el problema no se limita a un solo período de gobierno. “Recorrimos todos los gobiernos. Hay una responsabilidad acumulada. Yo hago autocrítica por la inflación penal, que no solucionó nada y en muchos casos empeoró”, admitió.
A su entender, centrar la respuesta en la ampliación de plazas y el aumento de funcionarios puede atender lo urgente, pero no resuelve lo estructural. “Hay que invertir en políticas que eviten que la gente llegue a la cárcel. Si no, vamos a seguir corriendo siempre de atrás”, concluyó.
El planteo de Díaz pone sobre la mesa una discusión incómoda pero necesaria: ¿está Uruguay priorizando el encierro por sobre la prevención? ¿Se repite un modelo que ya mostró sus límites?
Más allá de las diferencias políticas, el estado del sistema penitenciario reclama un debate serio y una revisión profunda de las estrategias aplicadas. Porque si las cárceles siguen creciendo mientras los problemas sociales se agravan, tal vez el rumbo haya que cambiarlo de raíz.