La propuesta incluye buses articulados, estaciones modernas y recorridos rápidos entre zonas claves.
El proyecto apunta a renovar los corredores principales con buses de alta capacidad, menor tiempo de espera y un diseño que conecte puntos clave del área urbana.
La congestión vehicular y los extensos tiempos de traslado en la región metropolitana llevan años en el centro del debate público. Aunque se han planteado varias alternativas, pocas han avanzado más allá de los papeles. Sin embargo, en este período hay optimismo respecto a una propuesta concreta que podría cambiar la forma de viajar.
Desde la cartera de Transporte se ha puesto sobre la mesa un plan que busca reducir el tiempo promedio en los trayectos más cargados, como los que atraviesan los principales corredores urbanos. El foco está en rutas como avenida Italia y 8 de Octubre, dos ejes clave en la circulación entre el este y el centro de la capital.
La iniciativa más fuerte apunta a incorporar unidades articuladas, similares al sistema BRT utilizado en otras ciudades del mundo. Estos vehículos tendrían capacidad para trasladar hasta 200 personas y circularían por un carril exclusivo, con paradas distanciadas cada 600 metros, para facilitar el flujo continuo.
En una reciente instancia técnica organizada por urbanistas, se presentó un modelo que iría desde la ciudad de Pando hasta el centro montevideano. El trazado incluiría conexión directa con hospitales, centros educativos y estaciones de transferencia. La propuesta contempla estaciones en ambos sentidos, ubicadas estratégicamente a lo largo del corredor.
El costo estimado ronda los 130 millones de dólares, repartidos entre infraestructura y flota. El diseño también prevé una estación subterránea en el entorno de Tres Cruces, lo que permitiría integrar este sistema con otros corredores futuros, incluyendo avenidas como Agraciada.
La planificación considera una fase inicial de análisis técnico, que implicaría estudios detallados durante al menos un año. El proceso incluiría evaluación de posibles expropiaciones, adaptación del entorno urbano y estimaciones precisas de costo-beneficio. Si el cronograma se cumple, la obra tardaría cerca de tres años.
Simulación urbana de buses articulados circulando por carriles exclusivos en el centro de Montevideo.
Además, se están manteniendo contactos con organismos internacionales, como el BID, que podría participar en la financiación. Este tipo de cooperación permitiría avanzar más rápido, con respaldo técnico y económico.
El plan busca replicar experiencias exitosas como las implementadas en Bogotá, Marsella o Curitiba, donde se logró reducir los tiempos de viaje hasta en un 50 %, con un impacto directo en la calidad de vida de miles de usuarios.
La propuesta también se complementa con ciclovías y planes de electrificación del transporte, lo que permitiría una reducción de gases contaminantes y ruido, mejorando el entorno urbano.
Según los técnicos que respaldan la idea, el sistema no sólo mejoraría la eficiencia del transporte colectivo, sino que podría ser la base de futuros desarrollos que modernicen la red metropolitana.