Uruguay marcó un precedente regional con una auditoría completa a su aviación agrícola.
Uruguay auditó por primera vez a todo su sector de aviación agrícola, con resultados técnicos que superaron el promedio regional y destacan por su eficiencia y sustentabilidad.
En un hecho inédito en Sudamérica, Uruguay auditó de forma integral a todo su sector de aviación agrícola. La evaluación, realizada en una jornada nacional, arrojó resultados contundentes: los pilotos superaron el 80% de conocimiento técnico, frente a una media histórica regional que apenas alcanza el 53%.
La iniciativa incluyó instancias teóricas, presentación de protocolos, pruebas de conocimiento y simulaciones prácticas con un avión AT-504. Para medir la eficiencia de las aplicaciones aéreas, se utilizaron tarjetas hidrosensibles que permitieron evaluar la calidad de la pulverización, logrando un 96% de cobertura efectiva.
“Lo que hizo Uruguay es un punto de inflexión en la historia de la aviación agrícola: por primera vez se auditó un país entero y los resultados fueron ejemplares”, expresó Juan Molina, referente técnico de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCA).
Uruguay espera que otros países repliquen el modelo de evaluación para mejorar, no sólo el rendimiento agrícola, sino también reforzar la confianza social y ambiental en las tecnologías aplicadas desde el aire .
Más allá del aspecto técnico, la jornada también fue valorada por su nivel de articulación interinstitucional. Participaron todas las empresas de aeroaplicación del país, junto con representantes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (DINACIA).
El objetivo de este tipo de acciones es elevar el estándar de las prácticas agrícolas aéreas en la región, con foco en la eficiencia productiva, la seguridad operativa y la sustentabilidad ambiental. Desde el sector privado se espera que esta experiencia se convierta en un modelo a replicar por otros países de la región.
“Demostramos que se puede trabajar mejor si hay método, voluntad y coordinación entre sectores. Uruguay marca el camino para toda Sudamérica”, remarcó Molina. A su entender, esta experiencia no solo mejora el rendimiento agrícola, sino que también refuerza la confianza social y ambiental en el uso de tecnologías aplicadas desde el aire.