El silencio de sus muros aún guarda las historias más intrigantes del encierro.
Ubicada frente a la costa de San Francisco, Alcatraz fue mucho más que una simple prisión. Aunque cerró sus puertas como penitenciaría federal en 1963, la isla sigue despertando interés por los mitos que nacieron en sus celdas. Su historia está marcada por intentos de fuga casi cinematográficos, un aislamiento brutal y personajes que quedaron para siempre en la memoria carcelaria de Estados Unidos.
De fortaleza militar a prisión federal
Antes de recibir a sus primeros reclusos, la isla funcionó como un fuerte militar a mediados del siglo XIX. Más tarde, fue utilizada como prisión militar, hasta que en 1934 pasó a manos del Departamento de Justicia y se transformó en una cárcel federal de máxima seguridad. Rodeada por aguas heladas y fuertes corrientes, Alcatraz era vista como un sitio imposible de escapar. Su ubicación era su mejor defensa: no hacía falta muro, la isla ya era un encierro en sí misma.
Vida entre rejas, rutina dura pero controlada
A pesar de su fama, el régimen interno no era completamente inhumano. Cada preso tenía su propia celda, recibía comida tres veces por día y podía acceder a atención médica y biblioteca. Pero la falta de contacto con el mundo exterior, sumada al clima húmedo y ventoso, creaba un entorno psicológico pesado. Entre sus internos más conocidos estuvieron Al Capone, George “Machine Gun” Kelly y Robert Stroud, el llamado “hombre pájaro de Alcatraz”.
La fuga que cambió todo
John Anglin, su hermano Clarence y Frank Morris, los presos que escaparon de AlcatrazCBS
La noche del 11 de junio de 1962 quedó para la historia. Frank Morris, junto con los hermanos John y Clarence Anglin, ideó un plan que llevó meses. Usaron cucharas limadas para excavar por los respiraderos y crearon una balsa con pilotos de lluvia robados. En sus camas dejaron muñecos con cabello real y cabezas de papel maché, lo que retrasó varias horas la detección de su ausencia.
El FBI investigó durante 17 años, pero nunca logró confirmar si los tres escaparon con éxito o murieron en el intento. En 2013 apareció una carta, supuestamente de uno de los Anglin, donde aseguraba estar vivo. Aunque no se pudo comprobar su autenticidad, el mensaje reavivó el misterio. La historia, además, fue llevada al cine en 1979 con Escape from Alcatraz, protagonizada por Clint Eastwood.
Intentos, motines y fracasos
Durante los casi 30 años que estuvo operativa, Alcatraz fue escenario de 14 intentos de fuga que involucraron a 36 presos. De ellos, 23 fueron recapturados, seis murieron durante la huida y dos se ahogaron. Cinco siguen oficialmente desaparecidos, incluyendo los del caso de 1962.
Uno de los episodios más violentos fue el motín de 1946, conocido como la “Batalla de Alcatraz”. En esa ocasión, un grupo de presos intentó tomar el penal. La rebelión terminó con la intervención del FBI y la Marina, dejando como saldo tres reclusos y dos guardias muertos. El hecho consolidó la fama de Alcatraz como la cárcel más dura del país.
El cierre y lo que quedó
En 1963, el fiscal general Robert F. Kennedy decidió clausurar la prisión. El mantenimiento resultaba demasiado costoso y las instalaciones ya presentaban problemas estructurales. Desde entonces, la isla es uno de los puntos turísticos más visitados de California, recibiendo más de un millón de personas por año. Hoy, administrada por el Servicio de Parques Nacionales, ofrece recorridos por las celdas originales y relatos en primera persona de quienes pasaron por ahí.
Las fugas, sobre todo la del 62, son el centro del recorrido. Documentales, libros y teorías siguen surgiendo, algunos convencidos de que los tres fugados lograron lo imposible.
¿Realidad o leyenda?
El silencio de sus muros aún guarda las historias más intrigantes del encierro.
Durante su funcionamiento, Alcatraz mantuvo su imagen de cárcel sin fugas exitosas. Sin embargo, el caso de Morris y los hermanos Anglin sigue generando dudas. En 2014, investigadores de la Universidad de Delft (Países Bajos) realizaron una simulación por computadora. Según el estudio, si los prófugos se lanzaron al agua justo antes de la marea más favorable, había una posibilidad de que alcanzaran la costa.
A falta de pruebas concluyentes, la historia queda abierta. Los nombres de los tres fugados siguen sin figurar en ninguna lista de fallecidos. Y mientras no se sepa con certeza qué fue de ellos, el misterio seguirá vivo.
Un símbolo entre lo humano y lo imposible
Más allá de sus muros y sus guardias, Alcatraz se convirtió en un emblema. Representa esa línea borrosa entre encierro y libertad, entre el control absoluto y la mínima grieta por la que puede colarse la voluntad de escapar. Hoy, quienes visitan la isla no solo caminan por una cárcel vacía, sino por una historia que sigue sin terminar de contarse.