Los inversores buscan respuestas tras denuncias por estafa y un déficit millonario que pone en jaque sus ahorros.
Los inversores denuncian estafa y exigen a la Justicia el cierre de fronteras. La empresa enfrenta un déficit de 250 millones.
Todo estalló de golpe, como esas tormentas que venías oliendo de lejos pero igual te agarran sin paraguas. Inversores de Conexión Ganadera, una firma que prometía seguridad y retornos anuales del 10%, ya no ven ni un peso de sus ahorros. ¿El saldo? Denuncias penales, abogados a full y un déficit que ronda los 250 millones de dólares.
Los nombres que suenan en la tormenta son muchos, pero Pablo Carrasco, director de la empresa, está en el centro de las acusaciones. La estrategia de los damnificados es clara: piden un cierre de fronteras preventivo para evitar que alguien "desaparezca". "Ya hemos visto esto antes. Si salen del país, después los juicios son casi imposibles", dicen los abogados.
Este jueves, la reunión virtual que prometía aclarar las cosas terminó siendo un vacío. Minutos antes del inicio, un mensaje en la pantalla decía que Carrasco no autorizaba el encuentro. Eso, más que calmar, encendió alarmas. Horas después, el propio Carrasco emitió un comunicado prometiendo transparencia y soluciones, pero solo después de una auditoría externa.
Mientras tanto, los abogados de los inversores no pierden el tiempo. Juan Pablo Decia, Ignacio Durán y otros ya preparan denuncias por estafa y apropiación indebida. Según explicaron, los contratos se vencieron y los fondos no se reintegraron. Incluso, algunos inversores que esperaban ver su ganado en los registros descubrieron que nunca figuró a su nombre.
¿Qué pasó con la plata? Esa es la pregunta que flota. Para Decia, "el dinero no fue a ganado, sino a otras áreas vinculadas a Conexión Ganadera". Durán, por su parte, asegura que la empresa tiene bienes en Uruguay y fuera del país, por lo que el objetivo ahora es identificarlos para que los inversores puedan recuperar algo.
Las historias detrás de este lío son pesadas. Muchos confiaron sus ahorros de toda la vida, el dinero para los hijos, los nietos, y ahora sienten que todo se esfumó. "Esto no es solo plata, es el esfuerzo de años que puede desaparecer", dicen los abogados, que intentan calmar las aguas mientras buscan respuestas.
El panorama no es bueno, pero nadie quiere rendirse. "Este dinero tiene que estar en algún lado", insisten. Ahora, todo está en manos de la Justicia y, si la presión no afloja, se vienen días movidos.
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