El partido toma medidas internas tras un escándalo que marcó un antes y un después en su estructura política.
La condena por usurpación de funciones deja a Valentina Dos Santos fuera de las elecciones, con su partido negándole el respaldo.
El Partido Nacional cierra la puerta a Valentina Dos Santos: una jugada que deja interrogantes
La política uruguaya volvió a dar un giro inesperado. El directorio del Partido Nacional decidió impedir que Valentina Dos Santos, figura conocida en Artigas, utilice el lema partidario para presentarse como candidata en las elecciones departamentales de mayo. Una decisión que llegó apenas horas después de que la exdiputada cumpliera una pena de seis meses por usurpación de funciones, un escándalo que salpicó a varias figuras del norte del país.
¿Por qué ahora?
El ministro de la Corte Electoral, José Garchitorena, fue directo, aunque algo escueto: “La decisión del directorio es definitiva. Son los dueños del lema y tienen la autoridad para decidir su uso”. Sin embargo, dejó una incógnita en el aire: las razones específicas detrás de esta jugada política aún no están del todo claras. “Habrá que preguntarles a ellos por qué”, añadió Garchitorena en diálogo con Telemundo.
La decisión, que también afecta al exintendente Pablo Caram, primo de Rodolfo Caram y figura clave del mismo caso judicial, coloca un límite legal adicional: quienes participaron en las internas solo pueden presentarse en las departamentales bajo el mismo lema. Sin autorización del partido, el camino político queda cerrado.
Una sombra que no se disipa
El “caso horas extra”, como se lo conoce, puso bajo la lupa a una gestión municipal marcada por irregularidades. Además de Dos Santos y Caram, la Justicia condenó a Rodolfo Caram, exsecretario general de la intendencia, y a su pareja, Stefani Severo, a dos años de prisión, sustituida por libertad a prueba con trabajo comunitario. Una trama de relaciones personales y políticas que terminó explotando en plena cara del Partido Nacional.
El desenlace del caso no solo implica restricciones legales, sino que deja expuesto un escenario de tensiones internas dentro del partido, que parece estar ajustando cuentas con los protagonistas de uno de los mayores escándalos recientes en el interior.
¿Un mensaje político?
Con esta decisión, el Partido Nacional podría estar enviando una señal clara: no hay espacio para figuras cuestionadas dentro de su estructura. Pero también deja una sensación de arbitrariedad. ¿Es esto un intento de marcar una línea ética o una movida estratégica para evitar más daños a su imagen?
Mientras tanto, los ciudadanos artiguenses miran desde la tribuna, con más preguntas que respuestas. En un país donde las lealtades partidarias pesan tanto como los escándalos, el próximo mayo podría traer sorpresas que pocos se animan a anticipar.
La política uruguaya no tiene pausa. Y Artigas, una vez más, se convierte en el escenario de una partida que parece estar lejos de terminar.
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