En un contexto de tensiones crecientes, las tropas uruguayas trabajan para garantizar seguridad y estabilidad.
En Goma, las tropas uruguayas enfrentan un conflicto marcado por avances del M23 y buscan garantizar la seguridad.
La tensión en Goma se siente en el aire. Este lunes, dos militares uruguayos resultaron heridos leves en medio de un conflicto que no da tregua entre las fuerzas del M23, apoyadas por tropas ruandesas, y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC). Un enfrentamiento que, aunque cesó cerca de las 13:00 horas, dejó marcas en más de un sentido.
El aeropuerto internacional de Goma, vecino directo de la base uruguaya, fue tomado por el M23, en un movimiento que incluyó tropas cruzando fácilmente desde Ruanda, apenas un paso al otro lado de la frontera. La ONU no tardó en confirmar la participación de estas fuerzas extranjeras, intensificando una situación ya de por sí crítica.
En el fragor del combate, el cabo de segunda Leonel Méndez y el soldado de primera Luis Caetano fueron alcanzados por fragmentos y rebotes. Nada grave, pero suficiente para recordar que en este rincón de África, la calma es tan frágil como un cristal.
Estos incidentes se suman a los del sábado, cuando un blindado uruguayo fue impactado por un proyectil. La tragedia fue mayor: cuatro heridos y un conductor que no sobrevivió al ataque.
Mientras tanto, las fuerzas del M23 exigieron que los soldados congoleses depusieran las armas, dejando la custodia a la ONU. Esto llevó a cientos de efectivos congoleses a acercarse a la base uruguaya para entregar su armamento, mientras civiles de Rusayo buscaban refugio en el único lugar que les ofrecía una pizca de seguridad.
En medio de todo, el Ejército uruguayo mantiene su línea. “Estamos operando bajo el mandato de la misión, con todas las medidas de seguridad y la moral alta”, destacó el comunicado oficial. En un entorno donde la incertidumbre manda, el compromiso de las tropas se mantiene firme.