Un oficial de policía fue baleado mientras circulaba en moto tras salir de su trabajo. Los atacantes le robaron su arma.
Un oficial de policía fue ejecutado de un disparo tras salir de su turno. Le robaron el arma y los atacantes lograron escapar.
No tuvo tiempo de reaccionar. Un balazo por la espalda y todo terminó en cuestión de segundos. Eran las primeras horas de la madrugada cuando un oficial de 30 años, identificado como Pablo Dávila, finalizaba su turno en la Seccional N°22. Subió a su moto y tomó camino, pero nunca llegó a destino.
En la intersección de Juan Acosta y Aparicio Saravia, lo esperaban. No hubo advertencias ni forcejeos: el disparo fue certero, sin margen para que intentara defenderse. Los atacantes se tomaron el tiempo suficiente para robarle el arma reglamentaria y desaparecer. La pistola utilizada en el crimen, un calibre .45, marcó la brutalidad del ataque.
El barrio aún dormía cuando la escena quedó bajo las luces de los patrulleros. Entre ellos, el jefe de policía de Montevideo, Mario D'Elía, que llegó al lugar con el rostro de quien ha visto esta historia repetirse demasiadas veces.
No fue un intento de robo frustrado ni un episodio al azar. La precisión del ataque y el robo del arma reglamentaria alimentan una de las peores hipótesis: una ejecución planeada. Mientras la policía busca a los responsables, una pregunta queda flotando en el aire: ¿hasta cuándo?