La Capilla Sixtina vuelve a ser escenario del ritual más solemne del Vaticano (Osservatore Romano via AP, archivo)
El Vaticano dio inicio al cónclave 2025 con la tradicional misa previa y el cierre de puertas en la Capilla Sixtina, donde los cardenales votarán en secreto al sucesor del papa Francisco.
Este miércoles 7 de mayo, el Vaticano abrió el proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica. Con la participación de 133 cardenales menores de 80 años —todos con derecho a voto— se puso en marcha el cónclave, un rito que combina tradición, secreto y una profunda carga espiritual.
La jornada comenzó a las 10:00 con la misa “Pro eligendo Pontifice”, presidida en la basílica de San Pedro por el cardenal Giovanni Battista Re, actual decano del Colegio Cardenalicio. En su homilía, instó a los cardenales a votar con conciencia y responsabilidad, dejando de lado intereses personales y recordando la necesidad de elegir “al papa que la humanidad necesita”.
Más tarde, a las 16:15 (hora local), los cardenales se reunieron en la Capilla Paulina para iniciar la procesión solemne hacia la Capilla Sixtina. En el trayecto, entonaron letanías y el himno “Veni Creator Spiritus”, invocando la guía del Espíritu Santo en este momento decisivo.
Una vez dentro de la Capilla Sixtina, cada cardenal realizó el juramento de confidencialidad ante el Evangelio. Luego, el maestro de ceremonias del Vaticano, monseñor Diego Ravelli, pronunció el icónico “Extra omnes” —una orden que marca la salida de todos los no autorizados y el cierre de puertas— dejando a los 133 cardenales en aislamiento absoluto para comenzar con las votaciones.
Desde hoy, el mundo entero sigue con atención la imagen de la chimenea instalada en el techo de la Capilla Sixtina. De ella saldrá humo negro o blanco: el primero indicará que no hay consenso, y el segundo, que la Iglesia ya tiene nuevo papá. Mientras tanto, turistas, fieles y periodistas se congregan en la Plaza San Pedro, atentos a cualquier señal.
El aislamiento es total. Los cardenales se alojan en la residencia de Santa Marta, donde seguirán una rutina estricta: sin teléfonos, ni contacto con el exterior, bajo riesgo de excomunión si se rompe el secreto. La dieta también está definida: desayuno ligero, almuerzo completo y solo agua o vino como bebida.
El cardenal uruguayo Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, participó en el cónclave y expresó que el nuevo papa deberá continuar el legado de Francisco, pero con su propio estilo. Según señalaron en charlas informales en Roma, no cree que el próximo pontífice provenga de América Latina.
El cardenal uruguayo Daniel Sturla en el atrio de la Catedral Metropolitana de Montevideo, durante una ceremonia previa al cónclave vaticano.Este cónclave se realiza tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril. De los 133 cardenales electores, 107 fueron nombrados por él, 21 por Benedicto XVI y los 5 restantes por Juan Pablo II. La mayoría aún evita hablar de favoritos. Como reza la frase repetida en los pasillos vaticanos: “Quien entra papa, sale cardenal”.
Con la ceremonia transmitida en 11 idiomas, incluyendo lengua de señas, el Vaticano refuerza la dimensión global del evento. Para millones de fieles alrededor del mundo, el humo blanco será más que una señal: será el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia.