
Lacalle Pou y Carlos Albisu durante el cierre de campaña del Partido Nacional en Plaza Artigas, Salto.
El expresidente respaldó a Carlos Albisu en Salto y habló sobre responsabilidad política, en un acto masivo con presencia de seguridad y sin contacto con la prensa.

Gonzalo Sualina
Periodista
Luis Lacalle Pou participó este domingo del acto en Plaza Artigas en Salto, en el marco del cierre de campaña del Partido Nacional. Desde el escenario, compartió un discurso que combinó recuerdos personales, mensajes sobre el ejercicio de la política y un fuerte reconocimiento hacia quienes trabajan por el bien común desde el interior del país.
Recordó que en noviembre de 1989, cuando tenía 16 años, acompañó a su padre, el expresidente Luis Alberto Lacalle, a un acto en ese mismo lugar. “Ese día vi la plaza llena por primera vez y fue algo que me marcó”, comentó. Ese recuerdo, sumado al afecto por el departamento, lo llevaron a decidir acompañar este acto. Aclaró que lo hacía sin cargo institucional, solo como militante, y que eso le daba más libertad para hablar con franqueza.
“Estoy prejubilado”, dijo en tono distendido, “pero el que me conoce sabe que hablo en serio. Vengo sin ningún interés electoral. Estoy acá porque quiero lo mejor para Salto”.
En su mensaje, Lacalle compartió una reflexión sobre lo que significa hacer política. “La política es una cadena de solidaridades y de responsabilidades. No es individual. Es colectiva. Se trata de entender, escuchar, quedarse, y no pasar corriendo”. En esa línea, dejó una de las frases más comentadas del día:
“La actividad política es tender puentes, no levantar muros. Lo importante no es el primer día, que es esperanza e ilusión, sino el último: el del balance. Ese día uno ya no es promesa, es realidad. Es cumplimiento.”
También repasó su vínculo con la gente de Salto y la importancia de conocer “la geografía humana” del departamento. “Los pueblos, los barrios, los parajes… están hechos de personas que tienen alegrías, tristezas, sueños, esperanzas. Gobernar bien requiere conocer esa realidad, no solo verla desde lejos”, sostuvo.
En otro tramo, hizo hincapié en la importancia del trabajo en equipo dentro de la coalición multicolor. Valoró la madurez alcanzada por los dirigentes del departamento, señalando que, si bien a veces no alcanza con hablar o con el tiempo, sí se puede avanzar cuando hay generosidad política. “Acá el común denominador es mejorar Salto, aunque alguno tenga que resignar algo”, expresó.
Lacalle también habló del valor del reconocimiento y del agradecimiento. Contó anécdotas personales de su vínculo con Carlos Albisu, a quien conoce desde hace años. Recordó que en 2014 estuvo a punto de llamarlo para felicitarlo, ya que había quedado muy cerca de ser electo diputado, pero finalmente no logró la banca por pocos votos. “Esta vez me aseguré que estuviera todo definido antes de llamarlo”, comentó entre risas.
Se detuvo especialmente en destacar que Albisu, a pesar de su carrera política, nunca dejó de ejercer su profesión como médico. “Eso es algo que respeto mucho. Porque hay vocaciones, como la medicina o la docencia, que te ponen siempre en contacto con el otro. Y él nunca se despegó de eso. Nunca lo dejó. Eso habla de quién es”.
También destacó su actitud humana y su conducta: “Nunca lo escuché insultar. Nunca lo escuché hablar mal de nadie. Y oportunidades, créanme, tuvo”.
Cerró su discurso con un mensaje directo a la militancia y al pueblo salteño:
“Estoy seguro que dentro de cinco años vamos a poder volver a caminar por cualquier barrio, por cualquier rincón del departamento, y mirar a los ojos a cualquiera, habiendo cumplido.”
Tras su participación en el escenario, Luis Lacalle Pou no ofreció declaraciones a la prensa y se retiró del lugar sin brindar entrevistas ni atender a los medios presentes.
El expresidente se despidió con un agradecimiento al público y reafirmó su convicción de que la política, cuando se ejerce con sentido de responsabilidad, tiene la capacidad de transformar positivamente la vida de las personas. Su paso por Salto fue breve, pero dejó un mensaje claro: tender puentes, construir con otros y asumir compromisos que se sostengan en el tiempo.