El hospital Rambam de Haifa atendió un parto de trillizas bajo tierra por seguridad.
En plena ofensiva sobre Haifa, médicos del hospital Rambam realizaron una cesárea a una mujer embarazada de trillizas en un quirófano subterráneo totalmente adaptado.
El nacimiento de tres niñas en el hospital Rambam de Haifa marcó un hecho inusual y esperanzador en medio del conflicto entre Israel e Irán. El parto se llevó a cabo el lunes pasado en un quirófano subterráneo, mientras la ciudad era blanco de ataques con misiles.
El hospital Rambam trasladó toda su operación médica a un complejo construido bajo tierra, preparado para funcionar en emergencias. Allí, médicos y pacientes se han adaptado a condiciones excepcionales para continuar atendiendo en plena ofensiva aérea.
El doctor Yaniv Zipori, especialista en medicina materno-fetal, encabezó la cesárea semi-electiva realizada casi a las 34 semanas de gestación. El procedimiento fue exitoso y la madre pudo visitar a sus hijas en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Según el equipo médico, tanto la madre como las trillizas se encuentran estables.
El doctor Yaniv Zipori, especialista en medicina materno-fetal del hospital de Rambam atendió el parto de las trillizas.
“Vemos partos de trillizos unas pocas veces al año. No es común. Y hacerlo en estas condiciones lo hace aún más complejo”, comentó Zipori. El especialista explicó que la transición del hospital a la zona subterránea supuso un desafío adicional para el equipo médico.
Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, ha sido una de las zonas más afectadas por los misiles iraníes desde que comenzaron los ataques el pasado viernes. Ante esta situación, el gobierno israelí declaró el estado de emergencia nacional, y varios centros médicos, incluido el Rambam, activaron sus protocolos de traslado.
El complejo subterráneo del hospital puede alojar hasta 2.100 personas. Incluye quirófanos, salas de parto, áreas de cuidados intensivos y espacios para los hijos del personal médico, lo que permite mantener la atención sin interrupciones.
El doctor Zipori detalló que la cesárea fue planificada con antelación, considerando el estado de la madre y el contexto. “Fue una decisión médica necesaria. Afortunadamente, todo salió bien”, explicó.
Las recién nacidas permanecen bajo cuidado especializado por su condición de prematuras. El equipo médico indicó que su evolución es positiva y que la madre pudo tener el primer contacto con ellas pocas horas después del nacimiento.
El hospital Rambam es uno de los pocos en Israel con infraestructura capaz de funcionar completamente bajo tierra. Esta capacidad ha sido clave para seguir brindando atención médica durante los días más intensos del conflicto.
A pesar de las dificultades, el personal continúa trabajando sin interrupciones. La historia de este nacimiento es reflejo de cómo la vida logra abrirse paso incluso en las circunstancias más adversas.
La ciudad de Haifa permanece en estado de alerta. Los servicios médicos se mantienen en funcionamiento dentro de los refugios hospitalarios, preparados para responder ante nuevos ataques.
Mientras tanto, el hospital Rambam sigue operando al máximo de su capacidad subterránea, atendiendo a más de 600 pacientes y adaptando cada área a las necesidades del momento.
El caso de las trillizas no solo destaca por lo inusual, sino también por mostrar cómo la infraestructura y la preparación del equipo médico pueden marcar la diferencia cuando el entorno se vuelve impredecible.