El día que la CIA operó en Uruguay para bloquear el avance comunista cubano

Revelan operación de la CIA en Montevideo en 1985 para frenar influencia cubana en Uruguay.

Documentos inéditos revelan el rol oculto de servicios secretos en Uruguay durante 1985.


En marzo de 1985, mientras Uruguay recuperaba su sistema democrático tras casi doce años de dictadura, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) puso en marcha una operación secreta en Montevideo. Con la aprobación del gobierno del entonces presidente Julio María Sanguinetti, la misión tenía como objetivo neutralizar un presunto plan cubano para instalar un centro subversivo en la capital.

La información surge del libro Más secretos del PCU, del periodista uruguayo Álvaro Alfonso, quien accedió a documentos clasificados hallados en el Archivo Castiglioni. Según el autor, estos documentos detallan cómo la CIA, en coordinación con la SIDE argentina, el Mossad israelí y los servicios secretos de Brasil, buscaban frenar el avance del comunismo en el Cono Sur, principalmente en dirección a Chile.

Los archivos incluyen escuchas telefónicas, informes de reuniones reservadas entre dirigentes del Partido Comunista del Uruguay (PCU) y emisarios cubanos, y datos sensibles sobre la participación de integrantes de los partidos Colorado y Nacional. También se mencionan aspectos personales de algunos dirigentes que revelan el nivel de vigilancia ejercido.

Álvaro Alfonso es también autor de El golpe de todos, sobre el quiebre institucional de 1973, y Computadora, que documenta la operación de inteligencia creada por la Armada en 1977 para desmantelar redes clandestinas del PCU. En esta nueva obra, Alfonso revela que el aparato armado comunista fue creado ya en 1964, en pleno régimen democrático, aunque nunca fue utilizado durante la dictadura.

Según los informes, la Unión Soviética financiaba más del 60 % del presupuesto del PCU. El manejo de estos fondos estaba reservado a tres dirigentes: Rodney Arismendi, Eduardo Bleier y Enrique Rodríguez. El sistema contable del partido incluía tres niveles: uno para cumplir formalidades fiscales, otro para los militantes y un tercero, verdadero, reservado a la cúpula.

Durante su investigación para el documental Bacacay 3570, centrado en los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz en Buenos Aires, Alfonso encontró un documento del Ejército Argentino de los años 60 que revelaba detalles sobre la penetración de la inteligencia soviética en Uruguay. Aunque no llegó a tiempo para ser incluido en el libro, anunció que será divulgado más adelante.

El libro también señala que artistas como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés fueron considerados elementos clave en la propaganda revolucionaria cubana. Ambos participaron en espectáculos masivos en Montevideo durante la transición democrática.

Otro dato revelador es que muchos dirigentes del PCU se exiliaron en la Unión Soviética y Alemania Oriental gracias a acuerdos entre las dictaduras. En contraste, los militantes de base fueron arrestados y varios de ellos figuran hoy entre los 32 desaparecidos uruguayos.

Según Alfonso, los agentes de la embajada soviética en Montevideo —incluido el embajador— eran en realidad miembros de la KGB, con grados militares como coronel o general. Estos funcionarios se reunían con Arismendi con el objetivo de socavar la democracia uruguaya desde adentro.

Para el periodista, la historia del PCU parece repetirse. "Lo que se escribió hace seis décadas y lo que pasó en la realidad, hoy es un calco de la historia política del país", señaló. Parafraseando al tango Volver, concluyó: “Para el Partido Comunista del Uruguay, sesenta años no es nada”.

© Todos los derechos reservados
República Oriental del Uruguay