Trump anunció nuevos aranceles a Brasil tras respaldar públicamente al expresidente Bolsonaro.
El presidente estadounidense Donald Trump anunció este miércoles que, a partir del 1º de agosto, se aplicará un arancel del 50% a todos los productos brasileños que ingresen al mercado estadounidense. La medida fue justificada como respuesta al juicio que enfrenta Jair Bolsonaro en su país por intento de golpe de Estado.
La decisión elevó la tensión entre ambos países. Desde Brasilia, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva reaccionó convocando a una reunión de urgencia con ministros clave, entre ellos el de Exteriores, Mauro Vieira, y el de Hacienda, Fernando Haddad. El objetivo: analizar las posibles respuestas ante esta ofensiva comercial.
Trump, en ejercicio de su segundo mandato, publicó una carta en su red Truth Social en la que expresó su descontento con el juicio a Bolsonaro. “La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro es una vergüenza internacional. Esta cacería de brujas debe terminar inmediatamente”, escribió.
Además, advirtió que si Brasil toma represalias, el arancel podría incrementarse aún más. También ordenó a su representante comercial, Jamieson Greer, iniciar una investigación sobre lo que considera prácticas comerciales desleales por parte del país sudamericano, especialmente en materia de comercio digital.
Uno de los detonantes fue la decisión del juez Alexandre de Moraes de suspender el acceso a Rumble, una plataforma popular entre sectores conservadores, por negarse a bloquear a un usuario investigado por difundir desinformación. Este episodio fue interpretado por Trump como un ataque a la libertad de expresión.
Tras el anuncio, el real brasileño cayó más del 2% frente al dólar. Las autoridades brasileñas ya analizan medidas de respuesta, que podrían incluir la aplicación de aranceles equivalentes a productos estadounidenses o llevar el caso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En abril, Trump ya había adelantado su intención de aplicar nuevos gravámenes a países que, según él, afectaban los intereses estadounidenses. Brasil, que ya enfrenta un 10% de arancel sobre varias exportaciones y un 25% sobre el acero y aluminio, vuelve a estar en el centro de la disputa.
Desde el entorno del presidente Lula remarcan que Brasil está dispuesto a negociar, pero también se reserva el derecho de actuar con reciprocidad. Según fuentes oficiales, el vicepresidente y ministro de Comercio, Geraldo Alckmin, mantiene canales abiertos con funcionarios del gobierno estadounidense para evitar una escalada mayor.
Este nuevo capítulo entre dos de las economías más grandes del continente podría tener un impacto directo sobre sectores clave como la industria, el agro y las exportaciones brasileñas. Mientras tanto, la tensión sigue creciendo.