Orsi expresó que hubiera preferido un balotaje tras el empate en San Bautista.
El presidente Orsi se refirió al sorteo que definió la alcaldía en San Bautista y lamentó que no se optara por una segunda vuelta para resolver el empate.
El presidente de la República, Yamandú Orsi, se refirió este miércoles al inusual desenlace electoral en el municipio de San Bautista, donde el empate entre dos candidatos llevó a que la definición se resolviera por sorteo.
La Corte Electoral realizó el procedimiento cerca de las 14:00 horas en la Oficina Electoral Departamental de Canelones. Allí, miembros de la Junta Electoral colocaron en una urna las listas correspondientes a los dos candidatos empatados en las elecciones del domingo 11 de mayo. Una integrante de la corte extrajo un sobre al azar y, al abrirlo, se confirmó que el ganador era Joaquín Farina, del Partido Colorado, quien forma parte del sector de Walter Cervini.
El otro aspirante, Roberto Siriani, perteneciente al Partido Nacional, quedó fuera de competencia por pura cuestión de suerte.
Consultado por la prensa, Orsi no escondió su malestar. “Horrible, no me gustó”, dijo sin vueltas. Y agregó: “Que fuera por sorteo no, yo quería un balotaje ahí, pero llegué tarde”.
El mandatario reconoció que el tema escapa a sus atribuciones como presidente, ya que es resorte exclusivo de la Corte Electoral. Sin embargo, dejó claro que le hubiese gustado otra solución: “Me quedé con ganas de que hubiese pasado otra cosa, pero bueno”, concluyó.
El proceso de sorteo, si bien está previsto por normativa para estos casos de empate exacto, generó revuelo en redes y en el ámbito político local. En el interior del departamento canario, la noticia no tardó en correr entre vecinos y militantes que habían seguido la votación con atención.
El ganador, Joaquín Farina, asumirá como nuevo alcalde de San Bautista, una localidad con historia, identidad propia y una comunidad activa. En tanto, la elección cerró con polémica, no por fraude ni irregularidades, sino por lo inusual del mecanismo utilizado para desempatar.
Para Orsi, el episodio representa una oportunidad perdida para apostar a una segunda vuelta que legitimara más el resultado. Pero como él mismo admitió, ya estaba fuera de tiempo y de sus manos.
