Donar sangre permite salvar vidas y fortalecer el sistema de salud pública.
En el Día Mundial del Donante de Sangre, organismos sanitarios promueven la donación voluntaria y habitual como clave para salvar vidas y reforzar el sistema de salud.
Cada 14 de junio se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha que busca reconocer a quienes, de manera anónima y voluntaria, ayudan a salvar vidas con un gesto solidario que muchas veces pasa desapercibido.
En el país, solo poco más de la mitad de las donaciones proviene de personas voluntarias que donan de forma habitual.
El resto se realiza por reposición, es decir, cuando se dona solo porque un familiar o amigo lo necesita. Este modelo limita el acceso constante a sangre segura, especialmente cuando se trata de emergencias o enfermedades crónicas.
El lema de este año es claro: “Doná sangre, da esperanza: juntos salvamos vidas”. El objetivo es avanzar hacia un sistema en el que todas las donaciones sean voluntarias y no remuneradas, permitiendo así contar con reservas suficientes durante todo el año.
Se estima que en 2024 en Uruguay se realizaron alrededor de 90.000 transfusiones de sangre.
Es por eso que se insiste en la necesidad de contar con una red estable de personas dispuestas a donar de manera regular.
Durante la pandemia, en muchos países se registró una fuerte baja en las donaciones, con descensos de hasta un 50%, lo que dejó en evidencia la fragilidad de los sistemas basados en la reposición.
A nivel global, se estima que se donan más de 120 millones de unidades al año, pero casi la mitad proviene de zonas con mayor desarrollo, que concentran solo una pequeña parte de la población mundial. Esta desigualdad sigue siendo un desafío para la salud pública.
A nivel mundial, alrededor de 120 millones de unidades de sangre son donadas anualmente, pero casi la mitad proviene de países de altos ingresos, lo que evidencia la desigualdad global en el acceso a sangre segura.
Además, se desmienten varios mitos comunes:
Donar sangre no engorda ni adelgaza.
El procedimiento no es doloroso, solo puede causar una molestia mínima.
Es completamente seguro, ya que se utilizan insumos descartables.
No es necesario estar en ayunas.
El proceso completo lleva menos de una hora.
Quienes no pueden donar, igual pueden ayudar difundiendo o acompañando.
Con motivo del Día Mundial del Donante de Sangre, varias instituciones realizarán jornadas especiales de donación abiertas a la comunidad. Los requisitos son simples: tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos, gozar de buena salud y presentarse con documento de identidad.
Donar sangre no cuesta nada y puede significar todo para alguien más.
Una acción que, en menos de una hora, puede cambiar varias vidas.
Donar sangre no engorda ni adelgaza.
El procedimiento no es doloroso, solo puede causar una molestia mínima.
Es completamente seguro, ya que se utilizan insumos descartables.
No es necesario estar en ayunas.
El proceso completo lleva menos de una hora.
Quienes no pueden donar, igual pueden ayudar difundiendo o acompañando.