El nuevo pasaporte uruguayo volverá a incluir el lugar de nacimiento tras el cambio. Gastón Britos/FocoUy
Luego de varios días de tensión y confusión en torno al nuevo pasaporte uruguayo, el gobierno resolvió dar marcha atrás con uno de los cambios más comentados: la eliminación del campo correspondiente al lugar de nacimiento. La decisión llega tras advertencias de algunas embajadas extranjeras y preocupaciones de ciudadanos que temían posibles complicaciones para viajar.
El nuevo documento, emitido desde el 23 de abril, había sido presentado como una actualización alineada con los estándares internacionales. Sin embargo, la supresión de ese dato generó observaciones de las delegaciones diplomáticas de Alemania, Japón y Francia, que pidieron más tiempo para evaluar el nuevo formato.
Mientras tanto, desde Cancillería se habían defendido los criterios técnicos aplicados. El ministro de Relaciones Exteriores, Mario Lubetkin, fue quien salió públicamente a explicar la medida, destacando que estaba dentro de lo permitido por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que no exige incluir el lugar de nacimiento de forma obligatoria.
Pese a eso, el lunes pasado se tomó la decisión de resolver la situación con urgencia. Desde Presidencia se pidió frenar las declaraciones públicas sobre el tema y se instruyó a los ministerios involucrados a encontrar una salida en menos de 48 horas. El martes se confirmó que el pasaporte volverá a incluir ese campo.
Según indicaron fuentes del Poder Ejecutivo, la prioridad fue evitar que uruguayos enfrenten trabas al ingresar a otros países, especialmente en casos de trámites como visados o residencias temporarias. De hecho, se supo que varias personas comenzaron a reagendar o directamente posponer el trámite del nuevo pasaporte al conocerse las repercusiones.
Desde el entorno presidencial también se planteó que el gobierno no pretendía profundizar una discusión política sobre el tema. La intención fue resolver de forma rápida una situación que se tornó incómoda a nivel internacional.
En cuanto al plano político, no se responsabilizó directamente al canciller Lubetkin, aunque se reconoció que quedó expuesto al salir a defender públicamente un cambio que no surgió de su cartera. Algunos dirigentes del Frente Amplio incluso le sugirieron en privado no continuar con entrevistas sobre el tema.
Voces parlamentarias remarcaron que el pasaporte fue diseñado bajo lineamientos técnicos y que la implementación del nuevo formato había sido iniciada en la administración anterior. Daniel Caggiani, presidente de la comisión de Asuntos Internacionales del Senado, sostuvo que no hubo rechazo formal de ningún país al nuevo documento. “Alemania y Japón solo pidieron tiempo para evaluarlo”, explicó.
Por su parte, el colectivo “Somos Todos Uruguay”, que había sido consultado al inicio del actual período de gobierno para plantear situaciones de discriminación hacia ciudadanos uruguayos naturalizados, se manifestó sorprendido por la reversión de la medida. En un comunicado, expresaron su “consternación” y advirtieron que algunas personas con ciudadanía legal podrían verse en situación de apatridia ante ciertos países si no se aplica un criterio claro.
El cambio original —quitar el lugar de nacimiento— surgió tras una reunión en la que participaron jerarcas del Ministerio del Interior y de la Cancillería. El objetivo era facilitar el libre tránsito de uruguayos con ciudadanía legal, que habían planteado problemas para acceder a visas o vuelos internacionales.
Con el nuevo anuncio, el gobierno busca cerrar la polémica, aunque aún quedan dudas sobre cómo se implementará el retorno al formato anterior y si habrá documentos emitidos que deberán ser actualizados.